ESTADOS UNIDOS, noviembre 26.- Como un milagro califica la familia el caso del niño Nicholas Holderman, de 20 meses, quien se enterró unas llaves en su ojo derecho y no perdió la vista ni sufrió daños cerebrales.
El caso del bebé estadounidense ocurrió cuando estaba jugando en su casa y cayó sobre unas llaves. Tras ser llevado en helicóptero al hospital, los facultativos pensaron que el menor había perdido su ojo, dado lo grave que se veía en la imagen de los rayos X.
Sin embargo, tras ser operado y quitarle las llaves, los médicos comprobaron que, por una parte no tenía daños cerebrales y, por otro, tras unos minutos descubrieron que no había perdido la vista.
Tras permanecer seis días en el hospital, Nicholas fue trasladado a su domicilio y ya está completamente recuperado
Fuente: Terra
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