Algunos empresarios intentaron replicar en el extranjero lo que les es permitido por los gobiernos chilenos. Fuera de nuestras fronteras, la cosa es distinta. El caso ‘Luchetti’ en Perú avala lo dicho. Sólo en Chile el empresariado puede exprimir económicamente a la población y devastar el país con el visto bueno de nuestras autoridades.
EL MUNDO DEL RETAIL (megatiendas e hipermercados) está al borde del desmayo luego de la decisión tomada por el Tribunal de la Libre Competencia que prohibió la fusión de Falabella y D&S, dos monstruos comerciales que no se contentan con el campo abierto que les han dejado los gobiernos concertacionistas para esquilmar a los usuarios, puesto que también deseaban –en nombre del ‘desarrollo nacional’, según dijeron- transformarse en actores monopólicos.
El caso de Falabella llama la atención incluso en el extranjero, ya que por esos lejanos rumbos nadie entiende cómo, ni por qué, una empresa comercial dedicada al vestuario y artículos de dormitorios y electrodomésticos, puede contar con autorización oficial para funcionar también como Banco, Financiera y Agencia de Turismo. En países como Brasil, Estados Unidos, Perú, Argentina, Uruguay, Bolivia, Ecuador, etc., si Falabella hubiese intentado ampliar su plataforma comercial convirtiéndose también en establecimiento bancario ya le habrían quitado la licencia expulsándola con viento fresco.
En cuanto a D&S el asunto no va por camino distinto. Lider, Presto y otras ‘menudencias’ comerciales pertenecientes a esa firma –con más de 50 RUT’s distintos- se han transformado, por obra y gracia del entreguismo y corrupción de nuestros parlamentarios y gobernantes, en un consorcio que legalmente está autorizado para efectuar transacciones que deslindan con la usura.
Los increíbles porcentajes que ambas empresas cargan a sus clientes en las cuentas individuales, distan kilométricamente del interés legal que en cualquier país del mundo civilizado se acepta como normal derecho a la ganancia. En algunos casos, esas ‘utilidades’ se asientan en el 300% de interés aplicado a las ventas. ¿Qué nombre se le puede dar a tal acción?
No se ahoga allí el asunto, pues al igual que la mayoría de las megatiendas e hipermercados que operan en Chile, tanto Falabella como D&S –no satisfechas con el elevado porcentaje de ganancias- proceden a contratar los servicios de empresas dedicadas a la cobranza legal de deudas, las que llegan a la inaceptable acción de ‘cargar’ los llamados telefónicos (con un porcentaje extra, por cierto) efectuados a los domicilios de los deudores, hecho que permite una razonable duda en cuanto a que tales organizaciones optan por llamar telefónicamente hasta diez veces al día al deudor a objeto de abultar la cuenta de débito y, he aquí una verdad irrebatible, empujarlo a repactar leoninamente su deuda…para mantenerlo ‘encalillado’ hasta el fin de los siglos.
En este punto cabe preguntarse por qué los usuarios declinan leer y analizar debidamente las enrevesadas cuentas que esas empresas envían a los domicilios. La respuesta es sólo una. Para descifrar tales estados de cuentas habría que disponer de un largo curso de contabilidad, ya que no basta con manejar las cuatro operaciones básicas de matemáticas para lograr despejar el cúmulo de siglas extrañas, porcentajes variados, intereses compuestos y otras gabelas que, quizá, ni siquiera un contador titulado podría entender a la primera mirada.
Falabella y D&S son conscientes de que su clientela, mayoritariamente, carece de instrucción en contabilidad para evitar engaños, tropelías y aprovechamientos, mismos que vienen presentados en formas conspicuas y contenidos intragables. Lo grave es que nuestros parlamentarios –directos responsables de la estructuración de leyes- tampoco brillan en esas materias y son fácilmente atrapados por la telaraña financiera que tejen esos poderosos financistas…cuando no son vilmente alquiladas sus conciencias a través de la participación en jugosos negocios derivados de una ímproba forma de ganancia especulativa.
¡¡Y esas dos mega empresas querían fusionarse para ampliar ad infinitum su espectro usurero y monopólico!! Recordemos además que Chile es uno de los escasos países donde tales empresas (incluyendo por cierto a las mineras) no pagan impuesto alguno por las ganancias. Además, efectúan abiertamente prácticas antisindicales y acostumbran evadir disposiciones legales respecto de negociaciones colectivas, turnos horarios, descansos, pago de horas extras y, en el colmo de lo inaceptable, mantienen un trato indigno y discriminatorio con sus propios trabajadores.
Afortunadamente, el Tribunal de la Libre Competencia les salió al paso. Pero no todo es oro lo que reluce, ya que la Fiscalía Nacional Económica se destacó por el silencio y hasta este instante nada ha dicho ni opinado ni propuesto ni argumentado ni informado respecto del caso. ¿Por qué? ¿Lleva también velas en ese entierro? Y es una simple pregunta derivada de la duda…duda más que razonable habida consideración de que el señor Roberto Asenjo (que fuera destacado miembro de esa misma Fiscalía) declaró a la prensa que le parecía en extremo reprobable que ella declinara opinar en una materia que corresponde a su ámbito de responsabilidades.
Obviamente, el fallido intento de fusión de Falabella y D&S cuenta con irrestricto apoyo de algunos importantes gremios patronales, cuyos dirigentes han estado a milímetros de declarar que con la decisión del Tribunal de la Libre Competencia, Chile camina hacia el comunismo. Pero, nada dicen respecto de algunos de sus miembros que contaminan ríos, lagos, glaciares y bordes costeros, o que depredan y arrasan tierras fértiles, contaminan ciudades, talan bosques, pagan sueldos irrisorios, especulan con las imposiciones de previsión social de sus empleados y se agencian casi gratuitamente tierras ancestrales de nuestras etnias originarias.
Por supuesto que no faltará el comerciante, empresario o político que intente retrucar lo expuesto en estas líneas. Pero es imposible tapar el sol con un dedo, como tampoco se puede ocultar –con frases rimbombantes ni poses de falso escándalo- la realidad cotidiana que vive el 90% de los chilenos gracias al entreguismo, torpeza o –tal vez- alto nivel de corrupción que caracteriza a nuestra clase política, la que ha permitido sin ambages que Chile sea, en rigor, administrado por una exigua pero poderosa casta de empresarios que han hecho piel el refrán que reza: “la ocasión hace al ladrón”.
Como simple botón de muestra para ratificar todo lo dicho respecto del pusilánime entreguismo de nuestras autoridades locales, un grupo de expertos (chilenos, por cierto) decidió recurrir a las autoridades y cortes españolas para demandar las prácticas comerciales y predadoras de Endesa (actualmente en manos de empresarios hispanos), ya que en Chile nada obtendrían del gobierno de turno encabezado por la doctora Bachelet, pero dirigido por ‘mister’ Andrés Velasco y compañía limitada.
La razón de la sin razón se llama Concertación, y con su gobierno la Alianza se llena la panza. Es la sociedad ideal para concretar la dictadura perfecta. En ningún otro rincón del planeta los empresarios habrían encontrado mejores mayordomos que los existentes en estos conglomerados políticos que conforman el duopolio binominal.
EL MUNDO DEL RETAIL (megatiendas e hipermercados) está al borde del desmayo luego de la decisión tomada por el Tribunal de la Libre Competencia que prohibió la fusión de Falabella y D&S, dos monstruos comerciales que no se contentan con el campo abierto que les han dejado los gobiernos concertacionistas para esquilmar a los usuarios, puesto que también deseaban –en nombre del ‘desarrollo nacional’, según dijeron- transformarse en actores monopólicos.
El caso de Falabella llama la atención incluso en el extranjero, ya que por esos lejanos rumbos nadie entiende cómo, ni por qué, una empresa comercial dedicada al vestuario y artículos de dormitorios y electrodomésticos, puede contar con autorización oficial para funcionar también como Banco, Financiera y Agencia de Turismo. En países como Brasil, Estados Unidos, Perú, Argentina, Uruguay, Bolivia, Ecuador, etc., si Falabella hubiese intentado ampliar su plataforma comercial convirtiéndose también en establecimiento bancario ya le habrían quitado la licencia expulsándola con viento fresco.
En cuanto a D&S el asunto no va por camino distinto. Lider, Presto y otras ‘menudencias’ comerciales pertenecientes a esa firma –con más de 50 RUT’s distintos- se han transformado, por obra y gracia del entreguismo y corrupción de nuestros parlamentarios y gobernantes, en un consorcio que legalmente está autorizado para efectuar transacciones que deslindan con la usura.
Los increíbles porcentajes que ambas empresas cargan a sus clientes en las cuentas individuales, distan kilométricamente del interés legal que en cualquier país del mundo civilizado se acepta como normal derecho a la ganancia. En algunos casos, esas ‘utilidades’ se asientan en el 300% de interés aplicado a las ventas. ¿Qué nombre se le puede dar a tal acción?
No se ahoga allí el asunto, pues al igual que la mayoría de las megatiendas e hipermercados que operan en Chile, tanto Falabella como D&S –no satisfechas con el elevado porcentaje de ganancias- proceden a contratar los servicios de empresas dedicadas a la cobranza legal de deudas, las que llegan a la inaceptable acción de ‘cargar’ los llamados telefónicos (con un porcentaje extra, por cierto) efectuados a los domicilios de los deudores, hecho que permite una razonable duda en cuanto a que tales organizaciones optan por llamar telefónicamente hasta diez veces al día al deudor a objeto de abultar la cuenta de débito y, he aquí una verdad irrebatible, empujarlo a repactar leoninamente su deuda…para mantenerlo ‘encalillado’ hasta el fin de los siglos.
En este punto cabe preguntarse por qué los usuarios declinan leer y analizar debidamente las enrevesadas cuentas que esas empresas envían a los domicilios. La respuesta es sólo una. Para descifrar tales estados de cuentas habría que disponer de un largo curso de contabilidad, ya que no basta con manejar las cuatro operaciones básicas de matemáticas para lograr despejar el cúmulo de siglas extrañas, porcentajes variados, intereses compuestos y otras gabelas que, quizá, ni siquiera un contador titulado podría entender a la primera mirada.
Falabella y D&S son conscientes de que su clientela, mayoritariamente, carece de instrucción en contabilidad para evitar engaños, tropelías y aprovechamientos, mismos que vienen presentados en formas conspicuas y contenidos intragables. Lo grave es que nuestros parlamentarios –directos responsables de la estructuración de leyes- tampoco brillan en esas materias y son fácilmente atrapados por la telaraña financiera que tejen esos poderosos financistas…cuando no son vilmente alquiladas sus conciencias a través de la participación en jugosos negocios derivados de una ímproba forma de ganancia especulativa.
¡¡Y esas dos mega empresas querían fusionarse para ampliar ad infinitum su espectro usurero y monopólico!! Recordemos además que Chile es uno de los escasos países donde tales empresas (incluyendo por cierto a las mineras) no pagan impuesto alguno por las ganancias. Además, efectúan abiertamente prácticas antisindicales y acostumbran evadir disposiciones legales respecto de negociaciones colectivas, turnos horarios, descansos, pago de horas extras y, en el colmo de lo inaceptable, mantienen un trato indigno y discriminatorio con sus propios trabajadores.
Afortunadamente, el Tribunal de la Libre Competencia les salió al paso. Pero no todo es oro lo que reluce, ya que la Fiscalía Nacional Económica se destacó por el silencio y hasta este instante nada ha dicho ni opinado ni propuesto ni argumentado ni informado respecto del caso. ¿Por qué? ¿Lleva también velas en ese entierro? Y es una simple pregunta derivada de la duda…duda más que razonable habida consideración de que el señor Roberto Asenjo (que fuera destacado miembro de esa misma Fiscalía) declaró a la prensa que le parecía en extremo reprobable que ella declinara opinar en una materia que corresponde a su ámbito de responsabilidades.
Obviamente, el fallido intento de fusión de Falabella y D&S cuenta con irrestricto apoyo de algunos importantes gremios patronales, cuyos dirigentes han estado a milímetros de declarar que con la decisión del Tribunal de la Libre Competencia, Chile camina hacia el comunismo. Pero, nada dicen respecto de algunos de sus miembros que contaminan ríos, lagos, glaciares y bordes costeros, o que depredan y arrasan tierras fértiles, contaminan ciudades, talan bosques, pagan sueldos irrisorios, especulan con las imposiciones de previsión social de sus empleados y se agencian casi gratuitamente tierras ancestrales de nuestras etnias originarias.
Por supuesto que no faltará el comerciante, empresario o político que intente retrucar lo expuesto en estas líneas. Pero es imposible tapar el sol con un dedo, como tampoco se puede ocultar –con frases rimbombantes ni poses de falso escándalo- la realidad cotidiana que vive el 90% de los chilenos gracias al entreguismo, torpeza o –tal vez- alto nivel de corrupción que caracteriza a nuestra clase política, la que ha permitido sin ambages que Chile sea, en rigor, administrado por una exigua pero poderosa casta de empresarios que han hecho piel el refrán que reza: “la ocasión hace al ladrón”.
Como simple botón de muestra para ratificar todo lo dicho respecto del pusilánime entreguismo de nuestras autoridades locales, un grupo de expertos (chilenos, por cierto) decidió recurrir a las autoridades y cortes españolas para demandar las prácticas comerciales y predadoras de Endesa (actualmente en manos de empresarios hispanos), ya que en Chile nada obtendrían del gobierno de turno encabezado por la doctora Bachelet, pero dirigido por ‘mister’ Andrés Velasco y compañía limitada.
La razón de la sin razón se llama Concertación, y con su gobierno la Alianza se llena la panza. Es la sociedad ideal para concretar la dictadura perfecta. En ningún otro rincón del planeta los empresarios habrían encontrado mejores mayordomos que los existentes en estos conglomerados políticos que conforman el duopolio binominal.
